La Justicia restaurativa es un enfoque de resolución de conflictos en el cual el proceso restaurativo establece que la víctima, el infractor y, cuando proceda, cualesquiera otras personas o miembros de la comunidad afectados por un delito participan conjuntamente de forma activa en la resolución de cuestiones derivadas del acto ilícito, por lo general con la ayuda de un facilitador. Entre los procesos restaurativos se puede incluir la mediación, la conciliación, la celebración de conferencias grupales y las reuniones para decidir sentencias[1].
La implementación del enfoque restaurativo y terapéutico en materia de drogas se refiere a la aplicación de los principios y prácticas de la justicia restaurativa en casos relacionados con delitos relacionados con drogas. En lugar de centrarse únicamente en la punición y el castigo (modelo punitivo tradicional), se busca abordar los problemas subyacentes, como la adicción, el trauma y las causas sociales y económicas de la participación en el comercio de drogas.
Bajo este contexto se reconoce que la respuesta puramente punitiva a los delitos de drogas a menudo no aborda las raíces del problema y puede, inclusive, derivar en consecuencias negativas, tales como la sobrepoblación de cárceles, la estigmatización de los delincuentes y la falta de enfoque en la rehabilitación.
En los casos aplicables, la implantación de un modelo alternativo de conflictos basado en justicia restaurativa y terapéutica puede generar beneficios importantes a la administración de justicia, las partes involucradas y a la sociedad, tales como:
- Enfoque en la rehabilitación: aborda las causas subyacentes de la delincuencia relacionada con las drogas, como la adicción y los problemas de salud mental. Proporciona oportunidades para que los infractores accedan a programas de tratamiento y apoyo terapéutico, lo que puede ayudarles a superar su adicción y lograr una recuperación sostenible.
- Reparación del daño y responsabilidad: enfatiza la responsabilidad personal y la reparación del daño causado a las víctimas y la comunidad. Proporciona un espacio para que los delincuentes reconozcan el impacto de sus acciones y trabajen activamente para reparar el daño, lo que contribuye a la sanación y a la restauración de relaciones afectadas.
- Participación activa de las partes involucradas: brinda la oportunidad de expresar sus necesidades, preocupaciones y perspectivas, y participar en la toma de decisiones sobre cómo abordar el delito y promover la rehabilitación. Esto fomenta la empatía, la comprensión mutua y fortalece las relaciones sociales.
- Reducción de la reincidencia: Al centrarse en la rehabilitación y la reintegración, la justicia restaurativa en materia de drogas puede ayudar a reducir la reincidencia delictiva. Al proporcionar apoyo terapéutico, tratamiento de adicciones y oportunidades de desarrollo de habilidades, se brindan a los delincuentes las herramientas necesarias para superar su adicción y reintegrarse en la sociedad de manera productiva.
- Eficiencia y ahorro de costos: en ciertos casos puede ser más eficiente y económica en comparación con el enfoque punitivo tradicional, que a menudo implica altos costos asociados con el encarcelamiento y el sistema judicial. Al reducir la reincidencia y promover la rehabilitación, se pueden ahorrar recursos y reducir la carga sobre el sistema de justicia penal.
La justicia restaurativa en materia de drogas ofrece beneficios significativos al abordar las causas subyacentes de la delincuencia, promover la rehabilitación y la responsabilidad personal, y fortalecer las relaciones y la sanación en la comunidad. Al centrarse en la reparación, la reintegración y la prevención de la reincidencia, este enfoque puede tener un impacto positivo en la vida de los delincuentes, las víctimas y la sociedad en general.
[1] Oficina del Representante Especial del secretario general sobre la Violencia contra los Niños, Nueva York (2013). Promover la justicia restaurativa para las niñas, niños y los adolescentes