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A propósito del Código Penal Dominicano

El Código Penal de la República Dominicana, promulgado como Decreto Ley núm. 2274 de 1884 es una norma esencial para el sistema de justicia penal de la República Dominicana. Este código reemplazó al Código Penal de 1845 (denominado en ese entonces Código Penal y de procedimiento militar), marcando un hito en la evolución del sistema jurídico de la República Dominicana.

La importancia del Código Penal de 1884 reposa esencialmente en formar parte del proceso de consolidación de la independencia dominicana. Este fue la consecuencia necesaria de una República Dominicana soberana e independiente, que contara con un sistema legal coherente y moderno en aquél entonces.

Este se basó en modelo legal francés, también llamado código napoleónico. Muestra de ello se refleja en la estructura y el contenido del código, que aborda una amplia gama de delitos y sanciones, así como también en el modelo de subsunción penal basado en los elementos constitutivos, propio de la dogmática penal francesa.

Esto, en cierto modo, refleja el interés marcado de separar las raíces históricas españolas de la República Dominicana, pues mientras el código penal de 1845 fue español, el de 1884 hace un revés y utiliza como fuente un código de origen francés.

En su parte general el código divide los delitos en crímenes, delitos y contravenciones; y establece categorías de penas para cada uno de ellos: trabajos públicos, reclusión mayor, reclusión menor y penas de simple policía. En su parte especial, se incluyen los principales delitos contra la integridad física y sexual de las personas, incluyendo homicidio, robo, violación, entre otros. En principio, la pena de muerte estaba contemplada en casos de homicidio; sin embargo, con la modificación Constitucional de 1966 se abolió la pena de muerte.

El Código Penal de 1884 ha tenido un impacto significativo en la justicia penal dominicana, sentando las bases para el sistema jurídico del país a partir del siglo XX. A lo largo de los años, se realizaron diversas modificaciones y reformas para adaptarlo a las cambiantes necesidades de la sociedad.

La última de ellas y más importante cursa en el Congreso Nacional, donde existe un proyecto de Ley que pretende modificarlo, trayendo consigo las más modernas tendencias en la dogmática penal, principalmente enmarcada en la teoría del delito. Por su parte, ha pretendido incorporar modificaciones necesarias tales como tipos penales nuevos, que durante el último siglo se han manifestado en la sociedad y son atípicas (no tienen un delito asociado) o la subsunción del mismo es de difícil ejecución.

Sin lugar a duda, el Código Penal es un instrumento necesario para el correcto funcionamiento de cualquier Estado. Más de la mitad de los delitos procesados penalmente se encuentran contenido dentro de su catálogo de infracciones. Las penas, los modos de participación, la tentativa, entre otras figuras propias de la parte general del aparato penal, encuentran su fundamento en dicha norma. Por tanto, es indispensable contar con un Código fuerte y moderno que tienda a la protección de bienes jurídicos.