A pesar de que es el pensamiento común que el alguacil tiene como único papel la entrega de notificaciones, este, cuenta con funciones más allá de dar en conocimiento a las partes sobre acciones de un proceso legal.
La figura del alguacil en la República Dominicana tiene sus raíces históricas en el sistema legal del país y se puede rastrear hasta la época colonial. Sin embargo, su regulación formal se estableció más claramente en la Ley No. 821 del año 1927, que definió las funciones y responsabilidades del alguacil en el contexto del sistema de justicia dominicano. Esta ley, junto con sus modificaciones posteriores, ha servido como marco legal para la labor del alguacil en la República Dominicana.
Este es un oficial de la corte que opera bajo la autoridad del Poder Judicial. Su función principal es garantizar la ejecución de las decisiones judiciales, como embargos, citaciones, y notificaciones legales. En este sentido, el alguacil desempeña un papel crucial en el sistema de justicia al asegurar que las sentencias y resoluciones del tribunal se implementen de manera efectiva.
Además de su función ejecutiva, el alguacil también juega un papel importante en mantener el orden y la seguridad en los tribunales durante las audiencias y juicios. Esto es esencial para garantizar un ambiente adecuado para el desarrollo de los procedimientos legales y para que todas las partes involucradas tengan la oportunidad de presentar sus argumentos de manera justa y equitativa.
El alguacil al igual que todas las figuras que forman parte del Sistema de Justicia, debe ser imparcial y neutral en sus acciones, siguiendo estrictamente las instrucciones del juez a cargo del caso. Su presencia en los tribunales contribuye a la integridad y el funcionamiento eficaz del Sistema de Justicia Dominicano, asegurando que las decisiones judiciales se cumplan y que se mantenga el respeto por el debido proceso legal.
En la actualidad, a pesar de la importancia que representa la figura del alguacil de corte, sus funciones ejecutivas están siendo modificadas por los avances tecnológicos, la adaptación de las funciones del alguacil frente a los avances tecnológicos es un tema importante en la modernización de la administración de justicia.
Como sugerencia inicial, en la era digital, el alguacil debe ser capacitado en el uso de herramientas tecnológicas para la entrega de notificaciones de manera eficiente y segura. Además, puede desempeñar un papel crucial en la autenticación de documentos digitales y la preservación de evidencia electrónica bajo estándares de control y protocolos adecuadamente establecidos. Puede evolucionar hacia un rol de mediador digital en casos de resolución en línea de disputas, puede facilitar la comunicación entre las partes a través de plataformas seguras y garantizar el cumplimiento de los acuerdos alcanzados en línea.
